La caída del clan Tushimura(Takuya)+18

El clima aquella noche estaba tormentoso pero eso no impedía a los sacerdotes japoneses de un linaje de familia importante los Tushimura. Una familia encargada de exorcizar malas energías en las zonas que visitaban; ocultos en un viejo almacén tenían una especie de cúpula de vidrio de la cual salían olores de especias entre otras cosas, eran seis en total mientras invocaban a la criatura a exorcizar. Según ellos, sus rezos harían que el alma corrompida descanse en paz, pero primero debían invocar a un dios que los protegiera de aquella aberración. El nemeton, fuerza magia de todo poder sobrenatural protegía a los suyos pese a estos quieran traicionarles, sabiendo lo que los sacerdotes querían hacerle a Andrei al cual apodaban "el guerrero de la venganza" deslizo a sus aliados los guerreros oni entre las sombras para que estén listos a sus ordenes.

Los monjes una vez finalizado sus oraciones empezaron a invocar a la entidad demoniaca, parecía que el cielo se iba a romper por tantos rayos que surcaban el oscuro cielo. El viento entro por la ventana apagando todas las velas del ritual y del humo que salio de ellas sobre aquella cúpula de vidrio se manifestó aquel guerrero que todos querían ver. Cubierto el cuerpo por una tela negra como el típico traje de un ninja pero su marca era diferente a las demás, era roja llena de sangre negra, significaba que era un demonio de la venganza. Empezaron a atacarlo con oraciones, talismanes entre otras cosas pero nada sirvió, optaron por salir corriendo pero eso no pasaría.-Nadie saldrá de aquí.-sus ojos sombrios aparecieron, dominado por el poder de aquel árbol, las sombras salieron del suelo empezando una guerra de katanas con la familia Tushimura, lentamente cayo el primer monje mientras el oni de la venganza ponía los pies sobre el suelo.

Los monjes derribaron a los guerreros oni rápidamente, sabían como atacarlos, pero solo quedaban 4 de los seis que eran. Se quedo en silencio observándolos y cuando estos les atacaron saco la katana de su propio pecho, fue rápido y certero, quedando del lado contrario de los monjes, golpeando la base de la katana cuando todos empezaron a caer al suelo, 3 muertos menos el cabecilla de la familia. Se acerco a este el cual expulsaba sangre por la boca suplicando que le matase, después de todo, si perdían ante algo así, ellos deseaban morir con honor que vivir sabiendo que son inútiles. Asintió a esa petición, cortando su garganta con la punta de la espada dándole una muerte rápida. Observo todo el almacén, escuchando pasos que venían a ellos, se oculto en las sombras para no dejarse ver. ¿Alguien mas?, el nemeton le había dicho que solo eran seis.-

-Salvarles no tiene sentido, ellos solos han buscado su propia muerte, joven Takuya.-susurro desde las sombras, todas las velas apagadas se prendieron de una sola vez, iluminando cada sector que había en aquel viejo almacén ahora cubiertos de cuerpos de aquel clan extinto. Apareció de entre las sombras, un oni mientras mas viejo era mas peligroso ademas de que este era uno de la venganza, no hay peor espíritu maligno que la venganza, la ira y la lujuria, aunque quizá este era un poco de todos. Miro uno de los cuerpos en el suelo, para rozar apenas con la punta del dedo del pies su gélido rostro, con aquellas facciones de terror en cada parte marcado, eso era exquisito para cualquier asesino pero no para él.-Cegados por su orgullo, han querido desterrar a mi espíritu, nadie puede desterrarlo..ni siquiera tu.

El único capaz de hacerle daño era un druida o en su metódico caso una banshee, pero no mas que eso; era un ser protegido por uno de los arboles mas viejos y el pacto que hizo con este le mantendría vivo por muchos siglos incluso, sin siquiera sufrir las desgracias del tiempo sobre su joven rostro. Se quedo tranquilo al observarle, parecía un chico común pero no lo era, esa esencia de luz azulada que le envolvía dejaba en clara su naturaleza.-No eres el único kitsune en este pueblo.-se sonrío, para un ser como él era fácil saber las razas pero también le era fácil saber los nombres de las personas, no por que su mente entrara a las de ellos, si no por que los espíritus que le rodeaban sabían el nombre de cualquier ser vivo o quizá muerto. Camino lento pasando del cuerpo del anciano, mirando a Takuya con aquella espada en la mano.

-Armas, esas cosas no sirven para matar lo que ya esta muerto.-dijo sin mas, desapareciendo y apareciéndole por detrás, rozándola con la espada que tenia en sus manos el propio cuello de aquel joven. Moviéndose ágil para desaparecer antes de que siquiera se pueda dar vuelta; apareció sentado sobre una silla vieja, con el pie apoyado sobre el pecho del líder del clan mientras con la espada clavada al suelo como soporte de sus manos miraba detrás de la mascara al chico que no fue enviado a matarle mas bien sus instintos le abran traído. Si este no le intentaba matar no le mataría si lo intentaba entonces otro muerto mas quizá.-

Se quedo donde estaba, sentado sobre aquella vieja silla que parecía estar algo inestable, le parecía poco cortes para permanecer de aquella forma demoniaca delante del chico que si mostraba sus ojos. Supuestamente un oni, era sombra solamente, era oscuridad sin una forma física, lamentablemente para el Kitsune delante de él, no era solo un fantasma. Se levanto caminando a este mientras arrastraba la espada por el suelo; una extraña neblina lo cubre enteramente para empezar a dispersarse en el aire. Dejando ver a un chico completamente normal, con unos ojos azulados y un traje enteramente rojo, un oni con forma humana era peor que simple oscuridad. Su rostro permanecía cubierto por una mascara roja que parecía ser irremovible.

-Bien te diré, no eres el primero que se asombra al ver tal cual soy. Un oni con forma humana, han intentado destruirme, con armas encantadas, con armas de fuego, cortarme en pedazos quizás. No moriré hasta que mi venganza este completa. He matado a mas de 126 personas en mis 60 años de vida; he acabado con 4 clanes incluyendo este, que han intentado sellarme. No desafíes a tu suerte.-se quedo parado delante del otro, rozando con su mano la mejilla de Takuya, sintiendo la pureza que despedía aquel leve brillo azul, sonrío por eso pero sabia que el chico era un problema para su misión, debía saber que tenia en mente, y si eso significaba ir mas de lo permitido lo haría.

-Supongo que deberíamos irnos, vienen humanos con perros, policías creo que le decían.-observo como a lo lejos esas cosas venían, camino fuera de aquel galpón para irse corriendo, sabia que el otro le seguiría, conocía como jugar con la mente de las personas. Llego hasta un bodega donde estaba lleno de cajas de madera, algunas botellas de vino sin abrir, alzo la mano para subirse a una de las cajas, miro con atención al chico delante.-¿Me has seguido con que fin?.-se deslizo como un viento caliente hasta el cuerpo de Takuya, sujetándole por detrás.-¿Acaso deseas que juegue contigo?.-murmura sensual en su oído pero desaparece rápidamente para aparecer parando en el centro de la sala con la katana en sus manos, se pone en pose de pelea.-Quieres jugar conmigo, ¿verdad?; juguemos...-sonríe pícaro.-

Se quedo a una distancia bastante lejana de su compañero, el ver como se le venia encima, corriendo a una gran velocidad quizá para hacerle daño con aquella katana filosa, receloso miro como se aproximaba a él. No se movió, permaneció tranquilo donde estaba; finalmente, al verle cerca se movió rápido dejando que la espada del otro atravesara su pecho, la sangre empezó a caer no solo por el filo de la espada si no que manchando aquella ropa cara pero parecía salida de otro lugar. Empezó a moverse de un lado a otro como si estuviera siendo exorcizado.-Ahhh..me..m..me has liberado.-cerro los ojos volviéndose humo oscuro y desaparecer de la sala, parecía que todo regresaba a la normalidad.

Apareció detrás, sonriendo como un demonio de los mas dulce, el simple movimiento de su espada del lado que no trae filo choco en seco contra la nuca del otro dejándolo caer lentamente al suelo.-Aun te falta mucho, para ser un verdadero guerrero.-murmuro, agachándose a su altura le acaricio despacio el rostro mientras sonreía amablemente. Se saco la mascara total su enemigo estaba inconsciente.-Esta claro pequeño Takuya, que tu serás un problema grave para mi. Tendré que usar mis tácticas para sacarte la información que deseo, serás un juguete nuevo que haré que confíe en mi.-susurro con aquellos ojos oscuros; ese era su lado demoniaco, el que le controlaba muchas veces, negó con la cabeza cual padre decepcionado.

-Es todo un sueño...si..un sueño pesado...y claramente..turbio...-las palabras viajaron a los oídos del Kitsune para desaparecer de aquel sitio ambos. El sol ya había salido, estaba en la sala desayunando un café con leche acompañado de algunas tostadas, tenia un libro de criminología sobre la mesa mientras trataba de no quedarse dormido. Era una persona mas, un ser humano mas en aquel mundo. Seria el compañero de cuarto de su victima, seria el chico amable que lograría dominarle, Takuya seria suyo cueste lo que cueste para obtener cuales serian sus planes. Tosió un momento, aun estaba sin su camiseta con los pantalones puestos y sus zapatillas grises. Alzo la mirada al ver a su compañero de cuarto.-Buenos días, aunque parece que no los traes. Soy Andrew..tu compañero de cuarto.-cambio Andrei por Andrew era mejor así, por ahora.-Y tu eres...ay..he olvidado el nombre..no soy bueno recordando cosas...demonios.-se rasca la cabeza.-

Observo con una sonrisa triunfante al chico cuando dejo el rostro sobre la mesa, pero borro aquel semblante para mirar las noticias, pasaban sobre un almacén a las afueras de la ciudad, en donde encontraron a seis hombres de edad muertos, como si el diablo se hubiera llevado sus almas con cada corte de una espada. Alzo las cejas al ver aquello, asombrado de lo que veía, tomo el control remoto para subir el volumen así podría escuchar lo que la policía podía decirles a los periodistas de lo que encontraron.

Alan Brigman reportero:
-La policía aun investiga las muertes en el almacén, se encontraron seis cuerpos desconocidos de origen japonés, al parecer pertenecían a una familia de clase alta llamada Tushimura. Se desconoce con que fin se realizaron sus muertes, la policía dice que el asesino era habilidoso con un arma blanca, que fue astuto al no dejar una sola marca a la vista; ¿asesinos profesionales en la ciudad?, o ¿se trata de un ajuste de cuentas?. Los cadáveres serán llevados a la morgue de la ciudad y transportados a su ciudad natal, en Tokyo, Japón.

Dejaron de pasar aquella noticia, por ende se termino lo que desayunaba, negó con la cabeza mostrando un destello de tristeza por esa gente. Su otra personalidad era todo lo contrario a su Darach, quizá por eso era fácil de creerle. Se levanto de su asiento para servirle una tasa de café a su compañero, preparo algunas tostadas y se lo servio.-Es para ti, te ayudara a despertarte. Hoy no tengo universidad, mis clases fueron suspendidas, al parecer mi profesor era un Tushimura que murió anoche, la universidad esta de luto.-miro a su compañero, tomando una camiseta de sobre la silla para ponérsela; la misma tenia un símbolo japonés en la espalda, significaba "luz" algo quizá un poco bromista cuando él era solo oscuridad.

-Pobre personas, según sabia, el profesor era de un clan japonés, no recuerdo que función cumplía pero se que era por una buena causa, su padre la señora Akido Tushimura, era tan amable, falleció hace un mes, por la edad. Supongo que abra doble luto este mes.-camino hasta la pileta del lavado, empezando a enjuagar lo que ensucio, como le daba la espalda a su compañero. Sus ojos se pusieron negros haciendo que una ilusión se manifestase delante de los ojos del otro, una sombra que parecía estar asesinando a Andrei, cortándole el cuello pero la ilusión desapareció cuando el castaño puso la mano sobre el hombro de Takuya.-Takuya, ¿estas bien?, oye...-le pregunto preocupado.-

-Oh bien, eso responde a mi pregunta, no estas bien.-se arrodillo a su lado para asegurarse que se encontrara bien, se notaba en su mirada aquella preocupación, aunque por dentro el Oni que dormía en su mente gozaba de aquel espectáculo, lo bueno es que el aroma a humano le rodeaba por ende no parecía un ser sobrenatural. Le ayudo a levantarse, dejando la silla como antes para que se sentara. Fue al baño por una toalla pero al no encontrar una, se saco la camiseta mojándola con agua, la escurrió para regresar a la sala.

Le seco el sudor que tenia en la frente, así también como parte del pecho para que se calmara, si aspiro el aroma de Takuya, sintiendo un pequeño deseo de seducirlo pero contuvo al demonio en su interior para que esto no se saliera de control. Le acompaño a que se recostase sobre el sofá de la sala mientras le ponía la camiseta sobre la frente, el chico al parecer sufría de visiones o quizá de un mal sueño. Sin decir la verdad, por que Andrei fue el causante de aquellas terroríficas visiones.-Shhh, tranquilo, todo esta bien.-comento amable como solía ser siempre delante de las personas.

Se alejo de este un segundo, para volver con un vaso de jugo de naranja que le dio para que bebiera, algo frio le haría bien, pero noto un cambio radical en sus ojos, hizo la mirada algo desorbitada apropósito. Se limpio los ojos, debía aparentar que aquellos ojos amarillos no eran reales, quizá aun tenia sueño. El demonio en su interior en cambio no dejaría de ujugar con Takuya, hizo que de los poros de Andrei saliera un aroma que embriagaría al mas fuerte, un aroma que haría que las hormonas del cuerpo se salgan de control, un aroma que causaría el deseo de querer violarse al que tenia delante.-¿Takuya?, ¿estas bien?.-le pregunto mirándole con atención.-

Cuando tiro el vaso y se fue, se quedo perplejo, pero supuso que no seria un buen día para este. Alzo la mano para que vaso volara a esta, miro el suelo para que el jugo desapareciera lentamente. Limpio la cocina dejándola limpia para después acostarse en su remara, se saco los pantalones para quedar en bóxer, metiéndose bajo las sabanas, tomo un libro de la mesa de luz para leer. Sus ojos se tiñeron de negro para que empiece el juego. Un aura negra se desliza por debajo de la puerta del baño, una ilusión mas; la misma tomo la forma de Andrew, abriendo la puerta de vidrio de la ducha para meterse con Takuya, le tapo la boca con la mano derecha para que no grite.

Nuevamente ese aroma dulce, que envolvió aquel sitio cerrado, apoyándose desnudo sobre el cuerpo del Kitsune, seduciéndolo enteramente, al sacar la mano sonríe con aquella sonrisa picara. Fuera de la habitación, la misma sonrisa esta en el rostro de Andrei que estaba acostado supuestamente leyendo. La ilusión besa a Takuya, acorralándolo contra la pared, empezando un beso pasional, tomándole de las manos para que no se defienda y empiece a ceder.-Se que me deseas...tu me deseas mucho..lo sientes...te atraigo...tu cuerpo quiere el mío...sera así..siempre. Tu cuerpo mismo...-le pasa la mano por el pecho hasta agarrar esa zona intima de él.-Reacciona a mi...-se sonríe,  se pega al cristal de la puerta.

Fuera de la habitación los ojos negros parecen aumentar su poder; el oni muestra sus ojos demoniacos a Takuya en la ducha para lamerle los labios.-Tómame..-el mismo desaparece, rompiéndose la ilusión. Aquel aroma era poderoso, ms fuerte, mas atrayente. Fuera del baño, los ojos de Andrei eran azules, , leía de lo mas tranquilo su libro de historia, estaba estudiando un poco para relajar su mente. Al mismo tiempo se sonrío, estaba jugando a ser un niño muy muy malo.-

El demonio susurro palabras en su mente, tenia ganas de seguir jugando con el pobre de Takuya así que le siguió el juego. Se levanto de la cama para ir a la cocina cuando una sombra negra se le apareció delante, soltó el libro quedándose perplejo. Trago saliva empezando a retrocede mientras esta se le acercaba.-¿Qué demonios?.-pregunto al aire cuando aquella cosa le pego con la mano mandándolo a volar contra el muro "que lenguaje" escucho aquella voz, al parecer esa cosa le pego por el vocabulario. Se levanto para salir de allí pero se topo con Takuya en la puerta del baño.

-Ahí, hay..una cosa..grande...con una mascara...-la sangre empezó a caer por su labio, le había hecho una herida el salir volando con esa fuerza.-Ahí viene.-retrocedió mientras el oni saco una espada expulsando a Takuya contra la pared, dejándolo detrás de Andrei. El demonio miro al castaño con una sonrisa en los labios, le sujeto del cuello sin este poder defenderse de semejante poder sobrenatural. Trago saliva como pudo pero el apretón fue mas fuerte, lo lanzo al lado contrario de Takuya, terminando por cae al piso; se toco la garganta tosiendo.

-No, espera..déjame..por favor...ayuda..-miro que se le venia de nuevo encima, retrocediendo asustado, el sudor en su frente era un claro aviso del miedo que sentía. Cuando su espalda toco la pared, miro que le ataco con una espada, se corrió y esta pego a la pared, ataco de nuevo y el roce del filo le hizo sangrar el hombro. El demonio alzo la espada y Andrei se cubrió con las manos, sabia que no le atacaría. Era una forma de Takuya no desconfíe del mortal en parte.-

El oni alío volando hasta la cocina en donde se quedo acostado. Observo los ojos del otro, cosa que no le asusto pero aun así se notaba el miedo en sus ojos, cuando le saco la espada gimió por fuera de dolor por dentro de placer. Asintió levantándose, su compañero estaba desnudo, por dentro sonrío por fuera se sonrojo. El oni se puso de nuevo de pie, amenazante, viniendo a ellos por ende se hizo el que le dolía el brazo para ponerse delante de Takuya.-No, no le lastimaras.-sus ojos se volvieron enteramente blancos, despidiendo un aura de pureza que limpio aquella habitación de impurezas.

El oni incluso miro a Andrei asombrado, cuando aquella criatura salía de su cuerpo el druida que llevaba dentro se podía despertar aunque no tan poderoso como debería. Alzo la mano para hacer que la luz penetrara en la oscuridad de aquel demonio y sujetándose la cabeza desapareció, regresando al corazón de Andrei donde dormiría por un tiempo.-Otra vez.-cae al piso, sujetándose débil, eso significaba que era bueno en parte, aunque el demonio era mas fuerte en varias situaciones. Sus ojos regresaron a ser azules y su aura se desvaneció.-Un kitsune.-le miro a los ojos.-No veía uno en tanto tiempo.-se sintió débil desmayándose, eso lo produjo el haber usado un poder que creyó muerto.-

Se despertó cuando sintió algo en su hombro, abriendo los ojos con mas claridad, miro a Takuya a su lado, sonrío de medio lado, sano su herida, seguramente el demonio dentro de su cuerpo no había despertado si no aquello debería estar cerrado. Agradeció con un gesto, sentándose en la cama, notando que no tenia su ropa interior bajo las sabanas, recuerda que tenían sangre antes de desmayarse por ende se sonrojo un poco de que el otro haya visto sus partes aunque claro estaba que el vio las del otro. Se quedo pensando en lo que paso.-Eres un ser sobrenatural.-le dijo mientras miraba su hombro.-Un kitsune.-le miro con atención.-Un kitsune océano..sanas con el agua.-se acomodo en el colchón mirándole con cierta amabilidad.-Gracias.-hace referencia a su hombro.

-Soy un druida, creo que aun no quiero aceptar lo que soy, y no domino bien este poder. de hecho me deja muy débil después de usarlo, cuando lo hago no soy yo el que lo usa..es como algo incontrolable.-murmuro, mirando sus piernas, donde estarían tapadas. Bajo la cabeza tan solo un poco para después verle, observando los ojos de Takuya, aun recordaba como el oni lo había besado o mas bien la ilusión. Alzo una mano acariciándole la mejilla, se sonrío de lado, para después ir alejando la mano. Ese mismo aroma de antes rodeado la sala, solo que esta vez no era culpa del oni, quizá era su culpa, embriagando a quien lo oliera, no subo bien por que razón empezó a usar esa seducción, eso no estaba bien. Se acerco despacio quedando cerca del otro.

-No me preguntes por que, solo siento deseos de hacerlo.-murmuro, sabia que el otro era heterosexual, pero quizá algo en él haría cambiar eso al menos por esa vez. Se termino de acercar para besarlo totalmente, moviendo sus labios sobre los de Takuya, atrayéndolo a él, usando sus poderes sobrenaturales lo llevo sobre su cuerpo con cierta agilidad. Acaricio las mejillas de este, mordiéndole el labio inferior; el demonio oni despertó dentro de su mente, dejando que aquel aroma entrase por la nariz de Takuya, terminando por invadir sus deseos mas oscuros, dejando que su cuerpo pierda el control de la moral y se llene de una pasión inquebrantable. Deslizo la lengua en la boca contraria, saboreándola junto a la suya; en ese momento susurra en la mente de Takuya como un recuerdo en la misma "¿Me deseas?, tómame".-

El demonio consiguió lo que quería, tenia a Takuya, donde deseaba. Al ver que se saco la camiseta, se mordió el labio inferior, besándole cuando nuevamente se acerco a su cuerpo. Dejando que masajeara su erección, soltó un jadeo en sus labios al final la boca del otro fue a su cuello dejándose hacer. Miro el espejo que estaba cerca de ellos, en donde aparecían sus ojos totalmente negros por un momento. Saco la sabana de un solo tirón, haciendo que el otro tocase mas directamente su erección, la sensaciones que se producían en ese momento eran totalmente excitantes. Alza las manos rasguñando la espalda del Kitsune al punto de causarle pequeñas heridas sangrantes, le hizo bajar lentamente por su cuerpo, iban a jugar a portarse muy mal, sin embargo cuando la mente de Andrei quiso frenar aquello el demonio gano poder por el deseo que se presentaba en la situación.

Domino la mante de Andrei así como sus acciones, se divertiría, necesitaba que esto pase, para poder así ganarse la amistad de Takuya aun mas, ademas de que con esto le haría confundirse con respecto a sus gustos. Cuando le hizo llegar hasta su erección la cual estaba dura se quedo observándolo, sentándose de la cama le desprecio por que no decir arranco los pantalones junto la roca interior para ver la erección de Takuya. Aquel aroma se volvió mas fuerte, tanto que parecía que la habitación misma sufría los efectos del mismo. Los cristales de la ventana se empañaron dejando que la luz de afuera casi ni entre; atrajo al otro sobre su cuerpo para quedar en un 69 perfecto. Se relamió los labios con aquellas esferas negras que estaban en sus ojos, lamió los testículos de su compañero, saboreándolos un poco antes de terminar llevándoselos a la boca enteramente, sintiendo el delicioso sabor.

Los saca uno a uno de su boca, terminando por pasar la lengua por el tronco hasta su cabeza, engullendo lentamente hasta que toda aquella erección entrase entera. Empezó a mover la cabeza de adelante hacia atrás, creando una felación caliente, sus manos pasaron por los muslos del kitsune, llegando hasta sus glúteos los cuales apretó con fuerza. Sacaba y metía aquella erección de su boca mientras hacia que ese aroma se impregnara en el cuerpo de Takuya por las pequeñas gotas de sudor que se formaban, generando que la excitación llegase a niveles incomprendidos, el demonio gano esta batalla, debido a que Takuya era inexperto y no estaba preparado para hacerle frente.-

Torpe eran los movimientos de la boca de su compañero pero no por ello poco excitante, dejo que el otro siguiera con aquella mamada que le provocaba en efecto placer, quizá mas al demonio que a Andrei, el cual estaba imposibilitado a querer frenar aquello. Sin embargo también sentía las acciones de la boca de Takuya, arqueo su espalda, jadeando, debido a que esas sensaciones no las sentía exactamente hace sesenta años en realidad y jamás pensó en sentirlas de nuevo. Se aferro a las sabanas luego, saboreando la erección de su compañero, la cual tenia un peculiar sabor que le causaba hambre, su mente se nublo enteramente, dejándose llegar por las sensaciones, su poder se neutralizo, oscuridad con sombra lo que genero que el clima perdiera el sol tras nublarse.

Saco el miembro de Takuya de su boca, para lamer toda la extensión hasta la base, de nuevo lamiendo aquellos duros testículos que amenazaban con descargarse tras mucha tensión recibida durante la semana. Regreso a la cabeza, lamiendo la rosa del frenillo y nuevamente empezó a chupar la punta, generando en su erección una palpitación brusca que hizo que soltara unas pequeñas gotas de precum, eso significaba que no estaba lejos de correrse; debido a los poderes del demonio, su mente no reaccionaba acorde a su cuerpo. La calentura le afectaba mas de lo normal así que no podía controlar el orgasmo que se venia; apretó las caderas de su compañero para que la erección penetrase hasta la garganta y quizá un poco mas, hasta que finalmente le hizo empezar a moverse, como si estuviera penetrando algo, al menos así el otro gozaría mas.

Su cadera se mueve rápido, haciendo que las sensaciones de su cuerpo le advirtieran lo inevitable. Se aferro a las sabanas, empezando a jadear como podía mientras el otro no dejaba de penetrar su boca. Sintió como le sujetaba de un glúteo y eso genero que su erección llegase a un punto culminante, ambos estaban al borde. Cuando le escucho decir que se vendría asintió, pero no detuvo la mamada.

Finalmente cuando quiso detenerlo para que no se la mamara mas, el demonio no permitió, jadeo caliente empezando a soltar chorros de caliente semen en la boca de su compañero, no quiso hacer eso pero le fue inevitable ya que su cuerpo era algo que no controlaba. Empezó a hacer la mamada mas rápida, mas fuerte, para que el otro se viniera en su boca. Su mente se nublo totalmente de nuevo, sintiéndose en parte sucio por lo que hacia pero por otro lado lo suficientemente caliente como para que su erección no bajara la dureza.